En Chile, la derrota de los patriotas significó, como en otros países americanos, volver a la administración y al gobierno colonial, se abolieron todas las reformas realizadas por los patriotas.
La batalla de Rancagua (1814), en la que las tropas realistas del brigadier Mariano Osorio derrotaron a las fuerzas independentistas, marcó el inicio de un breve período de restauración del poder español en Chile, que se caracterizó por las persecuciones que sufrieron las familias que habían apoyado la causa patriota. Ello consolidó las ideas proclives a la independencia que se habían esbozado en el período anterior, acentuando la rivalidad entre españoles y criollos y generando un clima confrontacional que finalmente se resolvió a favor de los patriotas, luego de la expedición libertadora que ingresó al país desde Argentina y la batalla de Chacabuco (1817).
La batalla de Rancagua (1814), en la que las tropas realistas del brigadier Mariano Osorio derrotaron a las fuerzas independentistas, marcó el inicio de un breve período de restauración del poder español en Chile, que se caracterizó por las persecuciones que sufrieron las familias que habían apoyado la causa patriota. Ello consolidó las ideas proclives a la independencia que se habían esbozado en el período anterior, acentuando la rivalidad entre españoles y criollos y generando un clima confrontacional que finalmente se resolvió a favor de los patriotas, luego de la expedición libertadora que ingresó al país desde Argentina y la batalla de Chacabuco (1817).
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