El 15 de febrero se reunió en la capital un Cabildo Abierto que designó a don José de San Martín como Director Supremo, pero éste se rehusó y propuso a O'Higgins para el cargo, quien aceptó. Así se inicia la última etapa de nuestra independencia conocida como Patria Nueva.
Los orígenes de la Patria Nueva chilena se remontan al momento en que los refugiados chilenos fueron organizados en Mendoza por el general Jose de San Martin, con el propósito de preparar una expedición que liberase a Chile. Junto a él, el general O’Higgins y el coronel Ramon Freire cohesionaron al contingente chileno y dedicaron sus esfuerzos a la formación del denominado Ejercito Libertador de los Andes, o El Ejercito de los Andes. Así, a través de distintos pasos (Uspallata y Los Patos, fundamentalmente) cruzaron la cordillera andina para enfrentarse a las fuerzas realistas en el valle de Aconcagua.
Los orígenes de la Patria Nueva chilena se remontan al momento en que los refugiados chilenos fueron organizados en Mendoza por el general Jose de San Martin, con el propósito de preparar una expedición que liberase a Chile. Junto a él, el general O’Higgins y el coronel Ramon Freire cohesionaron al contingente chileno y dedicaron sus esfuerzos a la formación del denominado Ejercito Libertador de los Andes, o El Ejercito de los Andes. Así, a través de distintos pasos (Uspallata y Los Patos, fundamentalmente) cruzaron la cordillera andina para enfrentarse a las fuerzas realistas en el valle de Aconcagua.
La batalla decisiva tuvo lugar en Chacabuco (12 de febrero de 1817) y concluyó con la victoria de las tropas patriotas comandadas por O’Higgins. Santiago cayó en manos patriotas y los realistas huyeron hacia el sur del país, principalmente a la zona del Biobío. Pero los españoles impulsaron una nueva estrategia contra la capital, con los refuerzos traídos desde el Perú por el brigadier Mariano Osorio. Éste desembarcó en Talcahuano y avanzó posteriormente a las afueras de Talca, en Cancha Rayada (19 de marzo de 1818) donde sorprendió de noche al Ejército dirigido por San Martín y, gracias a la resistencia improvisada por O’Higgins, los insurgentes se salvaron de una decisiva derrota. Las primeras noticias llegaron fragmentarias y exageradas a Santiago, y la alarma y la desesperación cundieron entre los vecinos; pero Manuel Rodriguez reapareció como líder popular y, al grito de “¡Aún tenemos Patria, ciudadanos!”, trató de improvisar la defensa. Luego, San Martín presentó batalla en los campos del Maipo (aunque el combate es más conocido como de Maipú) el 5 de abril de 1818, obteniendo un triunfo definitivo que selló la independencia de Chile.
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